martes, 23 de junio de 2009

7 de agosto de 1996: Racing 1 Boca 0

El 7 de agosto de 1996, el Piojo López era jugador del Valencia. Racing ya había vendido su pase por cuatro millones de dólares y lo había despedido en un 0-1 contra Newell's en Rosario porque luego el torneo se postergaría por los Juegos Olímpicos y Claudio no volvería.
En Atlanta, el Piojo y la selección consiguieron una meritoria medalla de plata. En Argentina, Racing (sin posibilidades de ser campeón) recibía al Boca de Diego Maradona y Claudio Caniggia, que buscaba el título.
"Claudio, ¿estás seguro?", le preguntaban familiares, dirigentes argentinos y españoles, amigos. "Mirá que el avión para España sale hoy, allá te están esperando", le insistían. "Sí, estoy seguro -respondía el Piojo-. Racing me dio mucho y para Racing éste es un partido importante. Tengo que estar. Me quiero despedir en casa".
Era 7 de julio de 1996, el Piojo era jugador del Valencia y pidió jugar igual. Arriesgó porque el fútbol es arriesgar como él arriesga en cada pelota. Arriesgó porque la vida es arriesgar en cada decisión valiosa.
Fue un partido con muchas llegadas, con Nacho González atajando todo, con Boca comandado por Juan Sebastián Verón y el Kily González, con Racing aguantando con el Negro Galván y respondiendo con el Mago Capria.
El partido fue entre Racing y Boca hasta los 36 minutos del segundo tiempo. Hasta que el Chelo Delgado abrió un ataque para el Piojo, por izquierda. Hasta que el Piojo metió un zurdazo marca Acme que explotó en la red de Navarro Montoya. Entonces, el partido dejó de ser entre Racing y Boca: fue el partido del Piojo.

Portada de Crónica del 8 de agosto de 1996

Para mayor heroísmo, para anudar más la garganta, Nacho le atajó un penal a Maradona a tres minutos del final y el Piojo salió reemplazado 60 segundos después para recibir una ovación que se repetiría al final del partido, ya con él trepado sobre un arco, a metros de 30 mil racinguistas desencajados. "Ningún hincha de Racing lo podrá olvidar -escribió Olé-, pero se pueden quedar tranquilos. Porque el Piojo se va con la promesa de regresar".
El 7 de agosto de 1996, el Piojo López era jugador del Valencia. Pero se puso la de Racing, y corrió, y metió un gol, y ganó, y se fue a España. Y marcó mi adolescencia para siempre.

Olé, 8 de agosto de 1996

sábado, 30 de mayo de 2009

Juegos Olímpicos 1996: generación dorada (sí, dorada)

A mí nunca me puso tan triste un festejo africano. Ni antes ni después. Y mirá que me gustan los africanos, eh. No sólo los de Etiopia o Somalia, que son los que más sufren, sino también los de Gambia, Lesotho o Swazilandia, que también mueren todo el tiempo envueltos en miserias e injusticias, pero con estadísticas menos estruendosas. El tema es que los que festejaban eran nigerianos queribles, sí; pero el que lloraba era el Piojo López.
Es junio de 1996 y el Piojo ya es héroe en Racing, ya es jugador del Valencia, ya brilló en el Preolímpico. Los que llegan son los Juegos en sí, es Atlanta ’96, y nos tiemblan las piernas. Por el deporte, por Argentina, porque el Piojo está ahí.
18 convocados y entre ellos están Marcelo Delgado y Claudio López, dos delanteros de Racing (perdón, el Piojo ya es ex Racing, no me acostumbro). ¿Quiénes más? Ahí va la lista, dale, anoten: Germán Burgos y Carlos Bossio (arqueros); Javier Zanetti, Roberto Ayala, Néstor Sensini, José Chamot, Pablo Paz y Mauricio Pineda (defensores); Diego Simeone, Matías Almeyda, Gustavo López, Hugo Morales, Ariel Ortega, Marcelo Gallardo y Cristian Bassedas (volantes); el Piojo, el Chelo y Hernán Crespo (delanteros).

Dos López, el Piojo y Gustavo, en la selección.

Argentina integró el Grupo A junto a Portugal, Estados Unidos y Túnez. Clasificaban a cuartos de final los dos mejores. Para el debut, ante los estadounidenses, Daniel Passarella armó línea de cuatro, dos volantes de marca (Almeyda-Simeone), dos de creación (Gustavo López-Ortega) y Delgado-Crespo arriba. Sí: el Piojo al banco. Argentina comenzó perdiendo a los 30 segundos, pero lo dio vuelta y se puso 2-1. Claudio entró a los 24’ del segundo tiempo por Ortega y, con él en cancha, llegó el 3-1. “El Piojo entró con todas las ganas –dijo Olé-. Pero no hubo caso: se estacionó sobre la izquierda y padeció los mismos problemas que Delgado”.

El Piojo y el Cholo, racinguistas, festejan el primer triunfo.

Dos días después el rival era Portugal, que había derrotado a Túnez. Passarella mandó a Morales por Gustavo López y al Piojo por el Chelo. Mitad para rotar, mitad para levantar el nivel. Argentina lo mató a pelotazos, se puso 1-0, Crespo falló un penal y se comieron diez goles. Nuno Gomes lo empató a veinte del final y todo terminó, increíblemente, 1-1.
Fue uno de los partidos que se le recuerdan al Piojo por fallar tres o cuatro situaciones claras de gol. De esos en los que es más fácil defenderlo: si se pierde cuatro situaciones es porque genera cuatro situaciones. En los “peores” partidos de Claudio el siempre se movió, participó, jugó. Los partidos malos de otros delanteros son la nada: desaparecen, no tocan una, pasan desapercibidos. Los malos del Piojo son cuando las numerosas opciones que genera no terminan en gol o asistencia.
“Tan rápido para abrir espacios como inoportuno para elegir la última jugada”, escribió Olé sobre López, y lo calificó con 6.

Contra Túnez fue titular, como en 5 de los 6 partidos.

El último juego de la primera fase sí fue malo. Argentina comenzó ganándole a Túnez (golazo de Ortega a los 5 minutos), se perdió unas cuantas chances y terminó otra vez 1-1. El Piojo, sin jugar bien, participó de una linda jugada que Crespo no pudo definir y le dio una asistencia a hermosa a Ortega que el Burrito tiró a las nubes. Clarín lo calificó con un 5.

Argentina ganó el Grupo A. Túnez, eliminado.

La selección ganó su grupo y en cuartos de final el rival era un candidatazo: España. Medalla de oro cuatro años antes, tenía algunos ‘nombrecitos’: Raúl, Morientes, Dani, Karanka, De la Peña, Mendieta… Argentina los destrozó.
Con Ortega-Morales en el medio y Crespo-López arriba, Passarella encontró sus cartas. Después de un primer tiempo intenso, al minuto del segundo un jugadón de Almeyda terminó en el 1-0 de Crespo. Y enseguida el segundo. Argentina, como en toda esta era gloriosa del Sub 23, no se metió atrás y fue a buscar más y más. Y a los 20, el Piojo quiebra la cintura en el borde del área, hace pasar de largo a un defensor y clava un derechazo tremendo en el ángulo izquierdo de Mora. GOLAZO.

El 'inflador', tras el gol ante España, el Nº42 de su carrera.

¿Hubo más? Sí, hubo más. Claudio generó un penal que Crespo transformó en el 4-0. Guau. “El Piojo fue toda una complicación para los defensores, con velocidad y desbordes. Hizo un gol y jugó su mejor partido. Puro vértigo”, opinó Olé. El Gráfico lo calificó con un 8.

En 15 juegos con la Sub 23 sumaba 6 tantos.

“Esto fue muy importante para mí, lo estaba esperando. Yo me fijo mucho en las cosas que dice la gente, y en los días anteriores al partido contra España no creo que hayan hablado muy bien de los delanteros. Vamos a ver qué tienen para decirnos ahora”, decía el Piojo con un poco de bronca.

El Piojo contra Portugal, en semifinales. Dio una asistencia.

En semifinales, ante 78.000 espectadores, era otra vez Portugal el que se cruzaba en el camino. Argentina, esta vez, no lo perdonó. Primero, el Piojo tiró un centro hermoso para Crespo, que cabeceó al 1-0. Después el que asistió fue Ortega, y otra vez Hernán metió el segundo. Fue 2-0 y pudo ser por más. Curioso: Olé le puse un ‘4’ a Claudio, Clarín un ‘6’ y El Gráfico un ‘7’. ¿Habrá jugado bien o mal?

Tapa de Olé luego del triunfo ante Portugal.

Y la final… ay ay ay. Qué dolor. Qué dolor porque el Piojo metió un cabezazo perfecto, perfectísimo, que puso el 1-0 a los 2 minutos. Qué dolor porque aunque Nigeria lo empató, Crespo hizo el 2-1 a los 5 minutos del segundo tiempo. Qué dolor porque Argentina siguió atacando, porque así sentían el fútbol esos muchachos de 22 años. Qué dolor porque Lopecito metió un tiro desde mitad de cacha que casi termina en el 3-1. Qué dolor porque a quince del final, desde un lateral, llegó el 2-2. Qué dolor porque se intentó mal dejar a Amunike en posición adelantada y él, a sesenta segundos del cierre, puso el 2-3.
Qué dolor porque era la primera final para el Piojo, uno de los partidos más importantes de su vida, y se escapó. Qué dolor porque aquella fue una verdadera generación dorada, pero con medalla de plata. Qué dolor y que orgullo, Piojo, porque después de 68 años, gracias a vos y otros 17 hombres, Argentina jugó una final olímpica.

Claudio grita su gol en la final de Atlanta '96.



Todos los partidos de Claudio López en los Juegos Olímpicos 1996.
1) vs Estados Unidos 3-1 (G. López, Crespo, Simeone). Jugó 21 minutos.
2) vs Portugal 1-1 (Ortega). Jugó todo el partido. Puntaje Olé: 6.
3) vs Túnez 1-1 (Ortega). Jugó 66 minutos. Puntaje Olé: 4.
4) vs España 4-0 (Crespo 2, Aranzábal e/c, C. López). Jugó todo el partido. Puntaje Olé: 7.
5) vs Portugal 2-0 (Crespo 2). Jugó todo el partido. Puntaje Olé: 4.
6) vs Nigeria 2-3 (C. López, Crespo). Jugó todo el partido. Puntaje Olé: 4.

Medalla de oro: Nigeria.
Medalla de plata: Argentina.
Medalla de bronce: Brasil.
Promedio Olé de Claudio López: 5,00.

domingo, 26 de abril de 2009

Clausura 1996: Despedida heroica

A mí qué me importa que el Piojo no haya salido campeón con Racing. Qué me importa que haya estado tan cerca, qué me importan los requisitos para ser prócer de un club, que me importa todo. El Piojo se fue de Racing bañado de gloria. No de la gloria que marcan las estadísticas o la historia oficial del Universo, de la verdadera gloria: la fugaz, inexplicable, épica. La gloria que estremece la piel hasta la vulnerabilidad del alma, la gloria que dificulta respirar al recordarla, la gloria del zurdito de 23 años sentado arriba de un arco, moviendo los brazos para regalarle su felicidad a todos los que, felices, aplauden. No aplauden que haya metido un gol para ganar un partido. Aplauden que haya generado ese momento glorioso, de gloria fugaz, de gloria inexplicable, de gloria épica.
Empezaba el Torneo Clausura y el Piojo había vuelto luego de un majestuoso Preolímpico con la Selección y con una oferta muy fuerte del Valencia español para llevárselo en junio. Vamos: se sentía y se palpaba que era el último campeonato de Claudio López en Racing. La Academia, subcampeona en el Apertura, era candidata. Por el cordobés, por el Chelo Delgado, por el Mago Capria, por el Tito Pompei, por Nacho González. El técnico era Miguel Brindisi.
El debut fue a lo Racing: empezó ganándole 2-0 a Argentinos Juniors en el estadio de Huracán (con un López decisivo, asistiendo en el segundo) y tuvo un penal a favor. Pero… pero Capria lo erró, expulsaron a Viqueira y a Chacoma, y Argentinos descontó. Con nueve hombres y el sufrimiento legendario de La Academia, el Piojo enlazó una diagonal interminable de 40 metros, con un enganche, con dos, y con un derechazo tremendo al ángulo de Maltagliatti. Golazo sensacional, de los diez mejores de su carrera. Argentinos 1 Racing 3.





Luego de ganar el clásico ante San Lorenzo en la segunda fecha, tocaba Belgrano en Córdoba. El Piojo, hincha del Pirata desde chiquito, jugó para Racing: a los 23 minutos aprovechó una salida torpe del arquero Labarre, le robó la pelota y clavó el 1-0 con el arco libre. Belgrano lo dio vuelta y empató el Chelo sobre la hora: 2-2.

En la 4ª igualó 1-1 con Vélez, en duelo de candidatos. En la 5ª, en cancha de Banfield, el Piojo otra vez fue clave: le hicieron el penal que Capria transformó en el triunfo 1-0. Racing peleaba bien arriba.
El estigma de La Academia apareció en la 6ª fecha. Movió a Rosario Central por el campo de juego, tocó y buscó, se perdió un par de goles y en la noche de Avellaneda un tal Gordillo aportó la mayor oscuridad: 0-1 con los rosarinos. “Racing no mereció irse derrotado”, certificó El Gráfico.
En la 7ª, el rival más difícil para Racing: River, y en el Monumental. El Piojo, explosivo, metió el primero con una gran definición de zurda en el mano a mano con Germán Burgos. Pero todo terminó dado vuelta y hubo segunda derrota consecutiva: 2-4.
La Academia navegaba entre la hazaña y la desazón todo el tiempo. En la 8ª, Nacho González atajó uno, dos, diez tiros difíciles y Facciuto empató el clásico de Avellaneda: 1-1 con Independiente. ¿El Piojo? Después del arquero, el mejor de Racing.
La desazón nos abrazó en la 9ª fecha. Racing ganaba y gozaba de la dupla Fleita-López, de los Ligeritos, como en los viejos tiempos, pero en el minuto 91 Carlos Bossio se convirtió en el primer arquero en marcar un gol de cabeza en la historia del fútbol argentino. Otro empate 1-1, inmerecidísimo, y parecía que la ilusión de ser campeón se alejaba.
Otro 1-1 (esta vez con Deportivo Español) significaba el golpe definitivo, pero a tres minutos del final de ese partido, aparecieron los Ligeritos: centro en carrera del Piojo López, palomita técnica del Lagarto Fleita y triunfo 2-1.

El Piojo la rompió en la 11ª, contra Gimnasia de Jujuy. Con una jugada hermosa por izquierda que se desvió en Luis Lobo metió el primero a los 14 minutos. “Noche de gala del Piojo --publicó el diario Olé--. Ya no es aquel que definía en una y la tiraba a la calle en otra. No lo pudieron parar. Nadie podrá reprocharle que anda en otra cosa por su pase al Valencia”. Racing ganó 4-1.
Parecía que habría otra fiesta ante Huracán: La Academia iba 2-0, con lindos goles de López (doble amague contra Giuntini y definición pegada al palo derecho de Gutiérrez) y Fleita (también tras amagar en el área). Pero el Globo descontó con un tanto de Gauna en offside y empató a un minuto del final con un tirito que rebotó en Navas. Una ola de mala suerte que terminó con el Piojo expulsado por reírse en la cara del árbitro (el impresentable Daniel Giménez). “Racing había dado, aun antes de este partido, pruebas de tener suerte para la desgracia. El empate no lo creían ni siquiera los del Globo”, intentó explicar Olé.


Luego de cumplir una fecha de suspensión (ajustado triunfo 1-0 ante Platense), Claudio volvió en la 14ª, contra Ferro en Caballito. Qué retorno… El Piojo racinguista en su máxima expresión. A los 9 minutos, le picó la pelota al arquero, que la sacó al corner. A los 15 metió un fierrazo de zurda en el palo. Iba y venía, tocaba y corría. A los 27 le marcó el pase a Pompei, picó perfecto y definió con pierna izquierda: 1-0. A los 31, Delgado metió un centro rasante que Cocca desvió en contra de su arco: 2-0. En el segundo tiempo, a los 10, tras pase de Capria, el Piojo, desde 25 metros, de derecha, por arriba del arquero, metió el 3-0. Golazo sensacional, otro de los diez mejores de su carrera.
“Racing puede ser campeón. Crece con los goles del Piojo, su gente se ilusiona”, estaba estampado en la portada de El Gráfico. “Racing trituró a Ferro con un Piojo López devastador que hizo dos goles, generó una decena de situaciones y dio cátedra a la hora de generar y aprovechar espacios en ataque”, agregaba la crónica de Elías Perugino. “¡Qué infierno la gente! --decía Claudio--. ¿Sabés qué bien se siente cuando les podés dar una alegría así? Porque en Racing sufrimos todos, pero nadie más que ellos”. “El Piojo pica hasta el final –tituló Olé--. La rompió con su habilidad e imparable velocidad. Su segundo gol fue espectacular”.

El título se escapó contra Lanús, en Avellaneda, en otro partido desgraciado. Fue 0-1, a cuatro minutos del final, después de atacar y atacar, después de un tiro de Quiroz en el poste. “Racing fue al frente, pero sobre el final Lanús lo mató con gol de Di Carlo”, explicó la tapa de Olé.
La transferencia hacia Valencia ya estaba concretada y parecía que la despedida del Piojo sería un pálido 0-1 contra Newell’s, en Rosario. Ya no estaban Fleita, Carrario (cuyos contratos habían finalizado), Armentano (vendido al fútbol asiático) ni Delgado (lesionado). López hizo dupla con el novato Raúl Ruiz en ataque y días después viajó a Atlanta para participar en los Juegos Olímpicos.
Sin embargo, volvió. Con una medalla plateada en el bolso, sin obligaciones contractuales con Racing (ya era jugador de Valencia), incluso arriesgándose a una posible lesión, el Piojo volvió. Volvió y con un zurdazo tan suyo, alto, al ángulo, a nueve minutos del final, le dio a La Academia un 1-0 festejadísimo ante Boca. Y volvió y se fue, se fue sonriendo arriba del arco, frente a la gente de Racing que lo abrazaba a la distancia. Y se fue el Piojo de Racing, dejándome el corazón intermitente. Y se fue el Piojo de Racing, bañado de gloria.

19 Los goles del Piojo en la temporada 95/96: 9 en el Apertura, 8 en el Clausura y 2 en la Supercopa. Jugó 37 partidos.

Todos los partidos de Claudio López en el Clausura 1996
1) vs Argentinos Juniors 3-1 (R. Capria, Carrario, C. López). Jugó todo el partido. Puntaje El Gráfico: 8 (figura).
2) vs San Lorenzo 1-0 (Carrario). Jugó todo el partido. Puntaje El Gráfico: 5.
3) vs Belgrano –Córdoba-- 2-2 (C. López, Delgado). Jugó todo el partido. Puntaje El Gráfico: 6.
4) vs Vélez Sarsfield 1-1 (Pompei). Jugó 74 minutos. Puntaje El Gráfico: 6.
5) vs Banfield 1-0 (R. Capria). Jugó 83 minutos. Puntaje El Gráfico: 5.
6) vs Rosario Central 0-1. Jugó todo el partido. Puntaje El Gráfico: 4.
7) vs River Plate 2-4 (C. López, Carrario). Jugó todo el partido. Puntaje El Gráfico: 6.
8) vs Independiente 1-1 (Facciuto). Jugó todo el partido. Puntaje El Gráfico: 6.
9) vs Estudiantes 1-1 (Fleita). Jugó todo el partido. Puntaje El Gráfico: 6.
10) vs Deportivo Español 2-1 (Quiroz, Fleita). Jugó todo el partido. Puntaje El Gráfico: 5.
11) vs Gimnasia –Jujuy-- 4-1 (C. López, Fleita 2, R. Capria). Jugó todo el partido. Puntaje Olé: 8 (figura).
12) vs Huracán 2-2 (C. López, Fleita). Jugó 90 minutos. Expulsado. Puntaje Olé: 6.
13) vs Ferro Carril Oeste 3-0 (C. López 2, Cocca en contra). Jugó 76 minutos. Puntaje Olé: 9 (figura).
14) vs Lanús 0-1. Jugó todo el partido. Puntaje Olé: 4.
15) vs Newell’s Old Boys 0-1. Jugó todo el partido. Puntaje Olé: 5.
16) vs Boca Juniors 1-0 (C. López). Puntaje Olé: 7.

Promedio El Gráfico/Olé de Claudio López: 6,00.
Racing finalizó 8º, con 29 puntos.
Campeón:
Vélez Sarsfield.

jueves, 9 de abril de 2009

Preolímpico 1996: Jugaban de lindo...

A mí no me vengan con que sólo cuentan los primeros y esas ganzadas: yo vi, en febrero del ‘96, a la Selección Sub 23. Y mirá que no me gustaban mucho los equipos de Passarella hasta ahí. Pero esos muchachos jugaban de bien, jugaban de lindo…
Era complicado el asunto, eh. Había sólo dos plazas para los Juegos Olímpicos por la que pelearían diez países. Todo largaba con dos grupos de cinco, y pasaban dos a la ronda final. Uf.
El torneo se jugó en Mar del Plata y el debut fue el 18 de febrero contra Ecuador: en el primer tiempo Argentina ya ganaba 3 a 0. El Piojo fue de arranque con el Chelo Delgado, como en Racing, como en el Racing subcampeón que le metió seis a Boca. El Burrito Ortega de enganche y un mediocampo con Bassedas, Almeyda (en nivel altísimo) y Huguito Morales.
Fue un festival en serio, Argentina jugó un partidazo. El Chelo metió tres y, cuando salió el Piojo, entró Hernancito Crespo e hizo el suyo. También ingresaron Gallardo y Verón.
El segundo partido fue contra Chile y en el primer tiempo Argentina ya ganaba 2 a 0. El Piojo otra vez se dedicó a abrirle espacios a Delgado, que metió los dos goles y la rompió. Chile descontó a 15 minutos del final, injustamente.
Dos días después tocaba Venezuela: si Argentina ganaba, accedía a la fase final. Ante la seguidilla de partidos, Passarella rotó algunos jugadores. Así, Verón, Federico Domínguez, Kily González y Crespo fueron titulares. El Piojo, por única vez en el torneo, al banco.
Venezuela, revelación del torneo, apostó a un juego rígido y de pierna fuerte. Así bancó el 0-0 durante sesenta minutos, en los que Rafael Dudamel atajó todo, pero tanto foul los dejó con nueve jugadores. Entonces, Passarella mandó al Piojo a la cancha y el partido se abrió. Gallardo puso el 1-0, el propio López metió el segundo (centro rasante desde la izquierda que empujó de derecha) y el Chelo, claro, el Chelo puso el 3-0 definitivo. “Los chicos del Sub 23 son atrevidos, juegan bien y tienen hambre de gloria”, apostaba El Gráfico en su tapa.


A la Selección le sobró un partido, pero incluso sin presiones el conjunto funcionó a pleno contra Colombia: en 16 minutos ya ganaba 3 a 0. La dupla Crespo-López fue un remolino ofensivo. Hernán metió tres, el Piojo una asistencia hermosa: nacía una dupla que haría historia grande. “Una brillante y lujosa actuación del equipo argentino, con actuaciones individuales destacadísimas”, describió Sólo Fútbol. Terminó 4-0 y Argentina ganó su grupo con puntaje perfecto.
Uruguay, Venezuela y Brasil eran los rivales en la fase decisiva. Argentina se jugaba medio pasaje a Atlanta contra Uruguay, y repitió lo que venía demostrando: en el primer tiempo ya ganaba 2-0. Primero, el Piojo asistió al Chelo, y Delgado la metió de cabeza. Después, el Chelo fue el que asistió, el Piojo dejó al arquero en el piso y la reventó contra la desprotegida red. Argentina administró la pelota en el segundo tiempo y el triunfo significó un paso gigante hacia la clasificación. “El equipo se basa en las ráfagas aladas de ese Claudio Javier López que vuela cual Pájaro Caniggia de 22 años, mete asistencias como si se llamara Bochini y encima golea, como si fuera un Bati-Piojo”. Tremendo elogio de El Gráfico para nuestro cordobés preferido.
Si se le ganaba a Venezuela, Argentina estaría en los Juegos Olímpicos. Iban cinco victorias consecutivas, faltaba sólo una más y el objetivo estaría cumplido, pero… pero otra vez los venezolanos se acomodaron en defensa, otra vez Dudamel atajó mucho, y el 0-0 no se movía. 70 minutos iban: Sorin se mandó al ataque, Crespo liquidó y Argentina, sí, estaba en Atlanta. A dos minutos del final, el Piojo hizo un lindo control de balón por la derecha y metió un remate bajo a la izquierda del arquero. ¡Gol, Piojo! 2-0. Y final.


“Estoy atravesando una buena etapa –explicaba Claudio-, vengo rindiendo en un nivel parejo y las cosas me están saliendo bastante bien. Creo que maduré mucho como jugador. Adquirí experiencia, aprendí muchas cosas de gente mayor que yo, que me enseñó, y las empecé a poner en práctica”.
Argentina-Brasil fue un partidazo. A los 17’, el Piojo metió una corrida, arrastró a dos defensores y le pegó un puntazo a la pelota, bajo, difícil para el arquero Dida: 1-0. No renunció a atacar la Selección de Passarella. Y mirá que mucho no me gustaban los equipos de Passarella, eh. Pero ahí Daniel me ganó: los mandó al ataque, a liquidarlo, a jugar al fútbol, y el Chelo Delgado tocó, rozó, desvió una maniobra de Ortega, muy del Burrito Ortega, y a los 12’ del segundo tiempo la Selección ya estaba 2-0.
Argentina jugó bien durante 628 minutos y la liquidaron en 2. El Preolímpico se le escapó porque a los 23’ y 25’ del complemento hubo un remate animal de Beto que rompió el arco de Cavallero y un centro al área que empujó Savio. Y porque los últimos minutos de más y más ataque albiceleste no alcanzaron. “Argentina practicó un fútbol por momentos brillante”, bancó Sólo Fútbol ante la desazón del empate. El Piojo terminó el torneo con 4 goles en 7 partidos y consolidado como un jugador de Selección.
A mí no me vengan con que sólo cuentan los primeros y esas ganzadas: yo vi, en febrero del ‘96, a la Selección Sub 23. Y mirá que no me gustaban mucho los equipos de Passarella hasta ahí. Pero esos muchachos jugaban de bien, jugaban de lindo…


Todos los partidos de Claudio López en el Torneo Preolímpico 1996

Primera fase
1) vs Ecuador 6-0 (Delgado 3, Morales, Ortega, Crespo). Jugó 59 minutos. Puntaje El Gráfico: 6.
2) vs Chile 2-1 (Delgado 2). Jugó 74 minutos. Puntaje El Gráfico: 6.
3) vs Venezuela 3-0 (Gallardo, C. López, Delgado). Jugó 35 minutos. Puntaje El Gráfico: 6.
4) vs Colombia 4-0 (Crespo 3, C. González). Jugó 79 minutos. Puntaje El Gráfico: 7.

Ronda final
5) vs Uruguay 2-0 (Delgado, C. López). Jugó todo el partido. Puntaje El Gráfico: 8.
6) vs Venezuela 2-0 (Crespo, C. López). Jugó todo el partido. Puntaje El Gráfico: 6.
7) vs Brasil 2-2 (C. López, Delgado). Jugó todo el partido. Puntaje El Gráfico: 7.

Promedio El Gráfico de Claudio López: 6,57.
Argentina, subcampeona, clasifica para los Juegos Olímpicos.

Campeón: Brasil.

domingo, 15 de marzo de 2009

Verano del '96: bienvenido a la Sub 23

En enero de 1996, el fútbol argentino vivía un momento especial. Daniel Alberto Passarella debía conformar una Selección Sub 23 para intentar, en un torneo que se jugaría en Mar del Plata, clasificar a la Argentina a los Juegos Olímpicos después de 44 años.
En la lista de convocados figuraban tres futbolistas de Racing, el subcampeón argentino: el defensor Carlos Galván y los delanteros Marcelo Delgado y Claudio López. Sí: el Piojo, después de haber jugado dos partidos en la Selección mayor durante 1995, formaría parte de la odisea. Otros nombres fuertes del plantel eran Juan Sebastián Verón, Matías Almeyda, el Kily González, Ariel Ortega, Marcelo Gallardo y Hernán Crespo.
La preparación incluyó cuatro juegos para medir el nivel de la Selección. El primero fue ante Colombia, en Rosario: López y Delgado fueron los puntas titulares y el Piojo la rompió. Enloqueció a la defensa colombiana y el diario Clarín lo eligió como figura del partido.
Luego se disputó la Copa MERCOSUR 1996. En su debut en el triangular, Argentina enfrentó a Paraguay y fue una noche especial: un zurdazo cruzado, bajo, rasante, muuuy a su estilo, se convirtió en el primer gol del Piojo en la Selección Argentina. Fue a los 37 minutos del segundo tiempo, tras una linda jugada de Ortega, sentenciando el 1-0 definitivo. Y nació, también, el inflador, festejo característico de Claudio durante 1996, dedicado a sus amigos de Córdoba.

Primer gol del Piojo en la Selección

En la definición de la MERCOSUR, contra Uruguay, las cosas no anduvieron tan bien. Los celestes comenzaron ganando y a los 23’ del complemento, el Piojo asistió a Crespo con un muy buen centro para el 1-1. “La Selección fue más que Uruguay durante todo el encuentro”, dijo Sólo Fútbol. Pero el partido terminó empatado; y en los penales, todo mal. Claudio Flores le atajó uno a Gallardo, Juan Pablo Sorin desvió otro, el Piojo también falló su penal y Pablo Cavallero (el arquero) perdió en el duelo ante Flores, que tapó su tiro. Argentina perdió 7-6 y finalizó subcampeona.
En el último encuentro preparatorio, frente a Dinamarca, Passarella apostó por la dupla Delgado-Crespo, y López sólo jugó los últimos 15 minutos.
“El Piojo es un caso ejemplar de evolución futbolística –escribía El Gráfico-: hoy parece archivado el delantero veloz pero torpe y enceguecido en la puntada final. Ya no quiere fusilar a los arqueros, ahora es capaz de mirarlos y recién después definir”. Semejante elogio sería confimado por don López en el Torneo Preolímpico.

Todos los partidos amistosos del Piojo en la Selección Sub 23
1) vs Colombia 2-1 (Delgado, Crespo). Jugó 85 minutos. Puntaje Sólo Fútbol: 7.
2) vs Paraguay 1-0 (C. López). Jugó todo el partido. Puntaje Sólo Fútbol: 5.
3) vs Uruguay 1-1 (Crespo). Penales: 6-7. Jugó todo el partido. Puntaje Sólo Fútbol: 5.
4) vs Dinamarca 5-0 (Crespo 2, H. Morales 2, P. Sánchez). Jugó 15 minutos.

Piojosidades. Además de los cuatro amistosos formales, la Selección enfrentó el 8 de febrero a Gimnasia La Plata, dirigido por Carlos Timoteo Griguol. Y fue triunfo 2-0, con goles del Piojo y de Hugo Morales. Un tanto, claro, que no se computa en sus estadísticas.

domingo, 8 de febrero de 2009

3 de diciembre de 1995: fiesta en La Bombonera

La tarde fue tarde hasta que Racing empezó a jugar. Después, fue una fiesta. Fue la fiesta de los artesanos antes que de los mercaderes, fue la fiesta de los soñadores antes que de los satisfechos, fue la fiesta de mi infancia.

Porque a los 4', el Piojo -sí, el Piojo- se despatarró un rato por la izquierda, la mano rápida, y dibujó un arco con la trayectoria de la pelota hasta depositarla en el corazón del área rival. Un defensor llegó a soplarla sólo para acomodársela mejor a la zurda gótica –más gótica que siempre- del Mago Capria, que a contraviento sacudió la somnolencia de la red que don Navarro Montoya había jurado defender. Uf: Racing arriba 1-0.

Boca era el Boquita de los sueños. A tres fechas del final, a tres fechitas de ser campeón, puntero, invicto (había recibido 6 goles en 16 fechas), con Maradona todavía presentable, con el letal Manteca Martínez, con el Mono, con Giunta, con el Kily González. Pero uf: Racing arriba 1-0.

No iban ni 11 minutos cuando Capria –mas brillante que siempre- empujaba la pelota con la pierna izquierda y hacia delante, a ras del suelo, casualmente justito para que otro hombre que corría por ahí, Marcelo Delgado, llegara a la carrera y con patear una sola vez (alto, por arriba del señor que atajaba) hiciera que los hombres de traje de las cabinas extiendan a la letra “o” durante un ratito.

Un ratito fue lo que pasó hasta que el Piojo –sí, el Piojo- se chisporroteó entre Medero y Fabbri en una jugada sin más inteligencias que la del cordobés, que le pegó con la punta de su zapato izquierdo, con suficiente fuerza para que Navarro Montoya otra vez tuviera ganas de romperle la cara a la tarde. Pero la tarde ya no era tarde, era fiesta. 12 minutos de fiesta iban: Boca 0 Racing 3.

Racing era La Acadé de los sueños. Había ganado 3-0 y 4-1 sus últimos dos partidos y, aunque la punta le quedaba 5 puntos lejos, disfrutaba de Capria, del Chelo, de Pompei, del Piojo -sí, el Piojo-. Pero uf: centro de Diego, cabezazo de Mac Allister y 1-3. Uf: penal a Tchami, gol de Diego y 2-3. Uf. Entretiempo.

La tensión fue tensión hasta que Racing empezó a jugar. Después, fue una fiesta. Fue la fiesta de los progresistas antes que de los conservadores, fue la fiesta de los sensibles antes que de los racionales, fue la fiesta de mi voz.

Porque a los 2’ del segundo tiempo, la zurda rebelde –más rebelde que siempre- del Mago Capria ajustó sus músculos para un movimiento quirúrgico, para un remate neto, esta vez en el otro arco. Uf: Racing arriba 4-2.

Y el Piojo –sí, el Piojo- que celebra la vida con un taco de ésos que por un momento detienen el tiempo, para que De Vicente deje out al Mono y la cabeza de Capria –más rápida que siempre- diga que cinco, que cinco veces ya sonreímos, que cinco veces la fiesta fue un poco más fiesta, que van cinco uf: Boca 2 Racing 5.

Descontó Boca, claro que descontó, porque las grandes fiestas tienen grandes finales. Pero el Piojo –sí, Piojo, vos- se encontró con la pelota con la que todos estaban jugando en el círculo central y empezó a correr hacia el campo rival. Y le gustó tanto, y la midió tanto, y la deseó tanto que no podía perderse, no podía olvidarse, no podía no existir ese sexto gol majestuoso, liberador, vívido. Ese rebote en la parte interna de un poste para que la llegada a la red sea suave como el aire que llenaba los pulmones racinguistas. El Piojo –sí, sí, el Piojo- era el dueño del 6-3, y si después fue 6-4 no me importa.

Porque Racing, señores, una tarde que podría haber sido una tarde más, hizo de la tarde una fiesta. La fiesta del Mago, la fiesta del Chelo, la fiesta de Nacho y de millones de almas celestes y blancas. Y la fiesta, claro, del Piojo. Sí, sí: del Piojo.

domingo, 1 de febrero de 2009

Supercopa 1995: dos goles en dos partidos

En septiembre de 1995, mientras peleaba la punta en el Torneo Apertura, a Racing le llegó el momento de la Supercopa. Eliminado en primera ronda en las dos ediciones anteriores, el director técnico Pedro Marchetta decidió darle relevancia y afrontar con titulares el cruce contra Gremio de Brasil.
El 20 de septiembre, en Porto Alegre, La Academia arrancó con Delgado y Claudio López como delanteros. El primer tiempo terminó sin goles, pero el partido cambió con la expulsión de Jorge Reinoso a los 8 minutos del segundo. Marchetta sacó a Delgado, lo reemplazó por Michelini y Claudio quedó como único atacante.
A los 17, el Piojo armó una jugada enorme: diagonal larguísima de izquierda a derecha dejando rivales en el camino, incluido al arquero, y definiendo de derecha, ya con el arco libre. GO-LA-ZO, pero golazo en serio.
No duró mucho la alegría, porque Gremio lo dio vuelta cuatro minutos después (un gol de Mario Jardel, quien luego brillaría en Europa), se fue expulsado el Mago Capria y Paulo Nunes clavó el 1-3 definitivo.
La revancha, el 5 de octubre, pintaba complicada. Y lo fue. Jardel puso el 0-1 al final del primer tiempo y pareció sentenciar todo. Marchetta juntó tres delanteros en el complemento: López, el Chelo Delgado y Carrario.
Racing salió a tomar todos los riesgos, jugadísimo. A los 3 minutos, el Piojo empató el partido. Todos para adelante, entonces, pero la receta salió agria: Viqueira metió un poco creíble gol en contra y, en el desconcierto, el letal Jardel dijo 1-3. Quedaban quince minutos y La Acadé necesitaba cuatro goles para forzar los penales. Uf.
Sin embargo, adornaron la eliminación con colorinche, con cotillón barato por tanto entusiasmo. Porque Racing siguió yendo con una testarudez bienvenida, Delgado marcó el 2-3 a los 38 minutos y Carrario completó la tripleta de los delanteros metiendo el 3-3 a los 44. Faltaban dos gritos más, y alguno se ilusionó con un cabezazo de Úbeda a los 45, pero rozó el palo y salió.
La Academia quedó eliminada en primera ronda (tercera de cinco veces seguidas que le pasaría) y Claudio López se llevó dos consuelos: extender su buen momento personal y festejar sus primeros dos goles internacionales.

Todos los partidos de Claudio López en la Supercopa 1995
1) vs Gremio –Brasil- 1-3 (C. López). Jugó todo el partido. Puntaje Sólo Fútbol: 7.
2) vs Gremio –Brasil- 3-3 (C. López, Delgado, Carrario). Jugó todo el partido. Puntaje Sólo Fútbol: 6.


5 Los partidos que jugó el Piojo López en la Supercopa. Uno en 1992, 1993 y 1994, y dos en 1995. Metió 2 goles y fue subcampeón en 1992.

domingo, 25 de enero de 2009

Apertura 1995: Goleador, genio y estrella

El Piojo grita su golazo a Newell's, por la 16ª fecha.

Si el Piojo López comenzó un torneo en Racing con pocas chances de jugar, ése fue el Apertura ’95. En medio de una ola renovadora que trajo nuevo presidente (Osvaldo Otero, tan corrupto como su antecesor), nuevo entrenador (Pedro Marchetta) y trece incorporaciones, Claudio había perdido mucho terreno. Lo habían operado en mayo, su contrato finalizaba en junio y ningún dirigente lo había llamado. Ni siquiera estuvo en los primeros entrenamientos del equipo. Finalmente arregló su contrato, pero entre los refuerzos estaban Marcelo Delgado y Silvio Carrario, destinados a ser los delanteros titulares, y Mariano Armentano, promesa de goleador proveniente de Vélez. Ah: en el plantel continuaba Juan Ramón Fleita, símbolo del club y con alta efectividad en la red. Con suerte, el Piojo arrancaría como suplente. Lo dicho: complicado.
El día del debut (4 de agosto de 1995, estadio de Ferro), efectivamente Delgado y Carrario conformaron la dupla de ataque. Pero como Roberto Tito Pompei (otra importante contratación) no se sentía bien físicamente, el sector izquierdo del mediocampo estaba libre. Una buena pretemporada de Claudio convenció a Marchetta: de entrada, el Piojo. Hubo fiesta en Caballito: Carrario metió dos goles, el Chelo Delgado se lució y Racing ganó 2-0. López, algo desacostumbrado a su nueva función, cumplió y hasta con cuotas ofensivas importantes.
Sin embargo, Pompei debutó en la 2ª fecha y Claudio quedó relegado al banco de suplentes. Tuvo que conformarse entrando algunos minutos ante San Lorenzo, Belgrano (“Con el ingreso de López, Racing mejoró su rendimiento ofensivo”, dijo El Gráfico) y Vélez Sarsfield.
A partir de la 5ª fecha, la explosión del Piojo, ésa que se esperaba desde 1993, sucedió. Las que no entraban por centímetros empezaron a entrar, los remates apurados comenzaron a calmarse, el futuro neblinoso comenzó a resplandecer. Aquel 3 de septiembre, Racing empataba 0-0 con Banfield (en el estadio de Vélez, porque La Academia estaba remodelando el Cilindro) y ni Capria, ni Delgado, ni Carrario podían desequilibrar el resultado. Al Piojo lo mandaron a la cancha otra vez en el segundo tiempo (en reemplazo de Pompei) y, 13 minutos después, un buen desborde suyo por izquierda terminó con un centro a media altura que un defensor rival, Pablo Paz, envió a la red. Por esa acción, Racing ganó 1-0 y se acomodó en el 4º puesto del torneo. “Claudio López, a base de velocidad, ha sido importante cada vez que le tocó ingresar”, escribió Sólo Fútbol.

Artículo en El Gráfico, luego de ser figura en la 6ª fecha.

Una lesión del Tweety Carrario fue el último detalle para el salto definitivo del Piojo a la titularidad: no saldría nunca más. En la 6ª fecha, contra Central en Rosario, la descosió, metió un gol (el primero de cabeza de su carrera) y Racing ganó 3-1. En la Supercopa siguió de racha: dos goles en dos partidos (ver Supercopa 1995).
Más y más Piojo: en la 7ª, ante River, fue figura de nuevo. Cuando Racing quedó con un jugador menos, como único delantero se bancó a toda la defensa rival. Terminó la noche invitado a Fútbol de Primera como una de las estrellas de la fecha. “El llanero solitario de Avellaneda”, lo apodó Sólo Fútbol. “En el primer tiempo tuve un par de buenas oportunidades, pero en las dos Burgos me desvió el remate. Aunque jugamos todo el segundo tiempo con un hombre menos, nunca nos vimos superados”, explicaba Claudio.
¿Y en la 8ª? Uf: Independiente ganando 2-0 el clásico de Avellaneda y La Academia al borde del colapso. Pero a los 4 minutos del segundo tiempo, el Piojo metió un gol a pura fe (siguió una jugada irrelevante que terminó en error del arquero Velázquez y gol suyo definiendo con el arco libre) y Racing fue a buscarlo. Nacho González tapó un par de contraataques terribles y el Chelo Delgado, en el minuto 47, dibujó un derechazo increíble, un remate de tres dedos con efecto mágico, uno de los goles más recordados de la historia de Racing: 2-2, clásico empatado.



Partido a partido, el Piojo evolucionaba y La Academia se mantenía en la pelea por el título. Golazo de media distancia a Estudiantes (9ª fecha), tres dedos al estilo Delgado para festejar en Jujuy (11ª)… “El Piojo viene torciendo su historia de dudas recientes”, advertía El Gráfico. “A su conocida velocidad le agregó precisión en los centros y la frialdad que le faltaba a la hora de enfrentar a los arqueros”, detallaba Sólo Fútbol. “Juré que me iba a matar para estar entre los 11, no importaba en qué posición -contaba Claudio-. Yo pasé por un proceso bastante largo desde aquel Torneo Centenario del ’93. Los defensores me empezaron a conocer, me pusieron marcas personales, escalonadas y de todo tipo, y con el tiempo aprendí a adaptarme para tratar de superarlas”.

Una seguidilla de empates (contra Huracán, Platense y Ferro) alejaron a Racing de la pelea y a Pedro Marchetta de su puesto. El nuevo entrenador, Miguel Brindisi, se llenó los ojos de fútbol apenas asumió. La Academia no abandonó la lucha y liquidó a Lanús (3-0, asistencia y golazo del Piojo) y Newell’s (4-1 y recontra golazo del Piojo tras una corrida de 40 metros).
Entonces, el histórico 6-4 en La Bombonera. Otros dos gritos del Piojo (y participación decisiva en el primero y el quinto), fútbol, lujos, delirio… “Un Mago increíble llamado Capria fue más Maradona que Diego y un Piojo picante de nombre López fue más rápido que el mejor Caniggia”. Tremendo elogio del periodista Adrián Maladesky en El Gráfico. Uno de los mejores equipos de Racing de los últimos 40 años en su pico de rendimiento: incisivo, audaz, volátil. La gloriosa marcha de cuatro victorias consecutivas se alcanzó con una actuación brillante ante Gimnasia La Plata (2-0).
La Academia llegó a la última fecha con posibilidades. Mínimas posibilidades: a tres puntos del líder Vélez, que jugaba contra… Independiente. El Rojo fue para atrás y se comió un 3-0 festejado por sus propios hinchas. Racing arrancó ganando en Santa Fe su partido ante Colón (go-la-zo del Piojo esquivando al arquero y definiendo de derecha), pero las noticias que llegaban desde Avellaneda le hicieron perder la cabeza: terminó con 9 jugadores y goleado.
Nada opacó a ese Apertura ’95 inolvidable en el que Racing terminó entre los dos mejores después de 23 años. Parecía que no iba a jugar, pero el Piojo jugó los 19 partidos, metió 9 goles (marca más alta de sus diez torneos en La Academia) y se ganó un lugar entre los grandes jugadores de la historia de Racing.

Todos los partidos de Claudio López en el Apertura 1995
1) vs Argentinos Juniors 2-0 (Carrario 2). Jugó 80 minutos. Puntaje El Gráfico: 5.
2) vs San Lorenzo 0-1. Jugó 27 minutos. Puntaje El Gráfico: 4.
3) vs Belgrano -Córdoba- 1-0 (Carrario). Jugó 45 minutos. Puntaje El Gráfico: 6.
4) vs Vélez Sarsfield 2-3 (R. Capria, Fleita). Jugó 45 minutos. Puntaje El Gráfico: 4.
5) vs Banfield 1-0 (P. Paz en contra). Jugó 45 minutos. Puntaje El Gráfico: 6.
6) vs Rosario Central 3-1 (C. López, Pompei, Delgado). Jugó 75 minutos. Puntaje El Gráfico: 8 (figura).
7) vs River Plate 1-1 (Delgado). Jugó todo el partido. Puntaje El Gráfico: 7 (figura).
8) vs Independiente 2-2 (C. López, Delgado). Jugó todo el partido. Puntaje El Gráfico: 6.
9) vs Estudiantes 3-2 (R. Capria 2, C. López). Jugó todo el partido. Puntaje El Gráfico: 7.
10) vs Deportivo Español 0-1. Jugó todo el partido. Puntaje El Gráfico: 5.
11) vs Gimnasia -Jujuy- 2-1 (C. López, Pompei). Jugó 85 minutos. Puntaje El Gráfico: 7.
12) vs Huracán 1-1 (Pompei). Jugó todo el partido. Puntaje El Gráfico: 5.
13) vs Platense 0-0. Jugó todo el partido. Puntaje El Gráfico: 5.
14) vs Ferro Carril Oeste 1-1 (R. Capria). Jugó todo el partido. Puntaje El Gráfico: 5.
15) vs Lanús 3-0 (Delgado, R. Capria, C. López). Jugó 80 minutos. Puntaje El Gráfico: 6.
16) vs Newell’s Old Boys 4-1 (Reinoso, C. López, R. Capria, Delgado). Jugó todo el partido. Puntaje El Gráfico: 8 (figura).
17) vs Boca Juniors 6-4 (R. Capria 3, Delgado, C. López 2). Jugó todo el partido. Puntaje El Gráfico: 9.
18) vs Gimnasia La Plata 2-0 (R. Capria, De Vicente). Jugó todo el partido. Puntaje El Gráfico: 6.

19) vs Colón -Santa Fe- 1-5 (C. López). Jugó todo el partido. Puntaje El Gráfico: 5.

Promedio El Gráfico de Claudio López: 6,00.
Racing terminó 2º, con 35 puntos.
Campeón: Vélez Sarsfield.
Goleadores: José Luis Calderón (Estudiantes) 13; Claudio Biaggio (San Lorenzo) y Rubén Capria (Racing) 10; Claudio López (Racing) 9.

Piojosidades: Hasta la 6ª fecha del Apertura '95, por torneos locales, el Piojo López sumaba 8 goles en 85 partidos. En el siguiente lapso, metió 9 tantos en apenas 14 juegos.