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domingo, 4 de octubre de 2009

29 de abril de 1998: Brasil 0 Argentina 1

La noche en la que el Piojo le hizo 'el' gol a Brasil yo todavía creía en los milagros. Tenía 14 años, iba a 9º grado del efímero Polimodal y cada partido de la Selección era un gran evento en mi vida.
La noche en la que el Piojo le hizo 'el' gol a Brasil yo estaba en casa, sentado en un sillón naranja, y sentía un gran cariño por ese equipo que dirigía Passarella. No se trataba sólo de don López (aunque con él hubiera bastado), sino de varios de los que corrían en el Maracaná con la remera celeste y blanca.
La noche en la que el Piojo le hizo 'el' gol a Brasil yo esperaba otra cosa: una asistencia, un zurdazo, una contra demoledora. Nunca hubiera esperado que el Piojo, a siete minutos del final, encarara casi desde el banderín del corner por la izquierda, que le gane a su marcador, que apunte hacia el arco de Taffarel y que con un derechazo vuele lo previsible en mil pedazos.
La noche en la que el Piojo le hizo 'el' gol a Brasil me abracé a mis esperanzas en el festejo, recordé mis sueños y, pegado a la pantalla del televisor, lo supe: Claudio López había quedado en la historia.

"Vocé abusó" "Argentina le ganó 1 a 0 a Brasil, quebró así una racha negativa de 41 años en el Maracaná y aprobó el examen más duro antes del Mundial" (Olé).

"¡Los humillamos!" "Argentina aplastó a Brasil y todas sus estrellas" (Diario Popular).

"100 mil muertos en el Maracaná" "Brasileños quedaron paralizados por histórico triunfo de Argentina en Río de Janerio con golazo de López" (Crónica).

"Argentina hizo historia en el Maracaná" "Definió con un golazo del Piojo López a sólo 6 minutos del final. El equipo tuvo solidez y se paró bien en la cancha" (Clarín).

"Claudio López definió el partido con un golazo cuando el empate estaba clavado. Además complicó siempre con sus piques a Cafú y a Junior Baiano. Se ganó un lugar" (Olé).



"Claudio López fue importantísimo en su trabajo por el costado izquierdo. Casi siempre le ganó las espaldas a Cafú, y corrió más a medida que avanzó el encuentro. Al final, desequilibró con un gol notable, por cómo robó la pelota y por cómo definió" (Diario Popular).

"¿Y ahora quién se anima a discutirlo?" "Claudio López fue la figura de la cancha y se metió en la historia: definió el partido con un golazo en pleno Maracaná y los brasileños lo aplaudieron de pie" (Olé).


Brasil 0 Argentina 1
Brasil: Taffarel; Cafú, Junior Baiano, Aldair, Roberto Carlos; César Sampaio, Zé Elías, Denilson, Raí; Ronaldo, Romario. DT: Mario Zagallo.
Argentina: Burgos; Vivas, Ayala, Sensini; Zanetti, Almeyda, Simeone; Verón, Ortega; Batistuta, Claudio López. DT: Daniel Passarella.
Gol: ST 38m Claudio López.
Cambios
: ST 19m Cleber por Aldair (B), 21m Leonardo por Raí (B), 23m Edmundo por Denilson (B), 29m Delgado por Ortega (A) y 43m Pineda por C. López (A).
Amonestados: Ayala, Almeyda y Leonardo.
Estadio Maracaná, Río de Janeiro.
Público: 110.000 espectadores.

64 Los goles a los que llegó Claudio López con el que le marcó esa noche a Brasil. Sumaba 36 en Racing, 17 en Valencia, 7 en la Selección Sub 23 y 4 en la Selección mayor.

jueves, 18 de septiembre de 2008

9 de diciembre de 1994: el fin de la espera

El Apertura 1994 estaba siendo un torneo maldito para el Piojo. Llegó a la 18ª y anteúltima fecha con 11 partidos jugados y (nada, ni uno, ni de carambola) cero gol. No es que jugara mal: la pelota no le entraba nunca. El equipo había sumado apenas 17 puntos y ya se había ido el director técnico uruguayo Luis Cubilla.
Esa noche, un chico de 10 años iba por primera vez a la cancha de Racing. Un Racing que no hizo mucho: mostró el mismo fútbol displicente de todo el campeonato, apenas un poco más ordenado gracias al entrenador interino, Héctor Jesús Martínez.
Empezó ganando con gol de Saralegui, lo empató enseguida Carlos Torres. Sí, Carlos Torres: el mismo paraguayo que tanto queríamos un años atrás. Típico.
En el segundo tiempo, Racing perdió la calma dentro y fuera del campo de juego. El chico de 10 años se acuerda del toqueteo entre Gancedo y (quizá) Zegarra, de las corridas de Fleita y Claudio López intentando capturar algún pelotazo largo, los reclamos de algunos hinchas y una frase de su tío: “¿Qué más quieren que hagan ellos dos? Se matan corriendo, pero no les llega una bien…”.
Sentado en el borde del foso, a minutos del final, otra frase: “Mirá a las cabinas, ahora van todos a insultar a De Stéfano”. Segundos antes de la lluvia de gritos, el chico sólo recuerda que el ligerito Piojo metió una media vuelta tremenda que se clavó abajo, en el palo izquierdo de Cousillas. 2-1. Sí, 2-1. Sí, ¡ganó Racing!
El grito de desahogo, los insultos que tendrán esperarán otra ocasión, la noche que parece más linda: la primera vez en el Cilindro termina con gusto a Racing. Gusto a festejo injustificadamente grande, a esos festejos que tienen mucho que ver con ser de La Academia: con festejar la vida, a pesar de todo.

miércoles, 6 de febrero de 2008

Lo que a nadie le interesa

Me costó muchísimo empezar este blog. Me costó muchísimo empezar este texto. Me cuesta muchísimo todo, en general.
A muchas personas que me conocen les costaría contener la risa al oírme decir que no soy fanático del Piojo López. Pero no lo soy. El fanatismo tiene que ver con la intolerancia, con cierta ceguera. Y yo puedo ver que el Piojo López no es el mejor futbolista del planeta. No lo es actualmente, claro (de la temporada 1998/99 hablaremos en otro momento, je). Incluso soy bastante crítico de él. A riesgo de quedar en ridículo, casi diría que sus defectos son responsables de la admiración que me genera.
No voy a extenderme sobre el aspecto deportivo, pero Claudio López es un jugador, antes que nada, valiente. Si las cosas le están saliendo bien, corre. Si le están saliendo mal, corre un poco más. Colabora todo el tiempo en funciones invisibles para el espectador pasajero, pero fundamentales para entrenadores tan capaces como Marcelo Bielsa. El Piojo propone, genera, arriesga. La pierna derecha es la menos hábil que tiene, pero no la esconde nunca. Por eso, alguna vez mandó la pelota al banderín del córner. Y por eso, también, alguna vez lo aplaudieron 110 mil brasileños en el Maracaná. Pero dije que no iba a extenderme.
Pensé, para dar inicio a este ‘Piojoblog’, detallar algunas historias: cuando mi distintivo en la escuela primaria era una foto suya, o cuando en el secundario mis amigos se aprendieron la formación de Valencia después de explicarla sesenta veces en el pizarrón, o cuando me metí en la tribuna del América mexicano para aplaudirlo un rato, o… Pero después me di cuenta de que no podría transmitir sensaciones tan personales al lector ocasional de este blog. Y, especialmente, que es probable que a nadie le interesen en lo más mínimo esas sensaciones. Me di cuenta que el mejor homenaje que puedo hacerle a don López es recitar cada uno de sus actos de la mejor forma posible. Porque sus acciones, de alguna manera, también formaron parte de mi vida.